La desprotección de las costas y las ciudades marítimas durante la Guerra de Sucesión se puso de manifiesto tras los ataques a la Bahía de Cádiz (1702 y 1703), por parte de la escuadra angloholandesa. Esto supuso un motivo más que suficiente para que se considerara como de necesidad urgente, el reforzamiento de las defensas de Cádiz y del fortalecimiento de la Isla de León para evitar este tipo de contingencias.
Para afrontar esta situación, D. Francisco del Castillo Fajardo y Muñoz, segundo Marqués de Villadairas y Capitán General de Andalucía, elevó la petición a sus superiores de las mejoras en las infraestructuras de la zona, el 17 de Junio de 1705.
La respuesta de la Corona, aún no consolidada, fue contundentemente afirmativa.
La planificación se basó en dos líneas de actuación claramente marcadas: la fortificación de la bahía y la renovación de la Escuadra, con la idea posterior de que una vez conseguidos unos mínimos que garantizaran la seguridad de la zona, se trasladarían a Cádiz las instituciones defensivas, marítimas y comerciales de Andalucía.
El avance de las obras de remozado de las fortificaciones, la mejora de las baterías de los fuertes, el plan de arsenales y la progresiva renovación de la Escuadra, llevada a cabo gracias a José Patiño, José del Campillo y Zenón de Somodevilla, Marqués de la Ensenada, permitió hablar en España de un renacimiento del poderío naval, siendo la zona marítima de la Bahía de Cádiz la más beneficiada, Se estableció una comisión, encabezada por Francisco de Sabatini, quedando la dirección de las obras a cargo de Vicente Ignacio Imperial Digueri en 1779. El proyecto inicial constituía un conjunto monumental, que, entre otros edificios de diversa índole, incluía dos cuarteles para la tropa. La grandiosidad de este proyecto pronto quedó reducida ya en tiempos de Carlos III, y ya bajo el reinado de Carlos IV es cuando se abandona la idea inicial de Sabatini, sustituyéndose por la nueva concentrando la mayor parte de los esfuerzos y de los recursos en dichas mejoras. Entre ellas, y por R.O. del 13 de Octubre de 1752 se aprueba la construcción del Arsenal de la Carraca, según proyecto de Jorge Juan y Santacilia.
La superpoblación de la ciudad de Cádiz, cuyo urbanismo era ya incapaz de proporcionar alojamiento al personal y tropas de las instituciones de la Real Armada, además de la incipiente saturación de los alojamientos en la Isla de León, hizo necesario el Planteamiento de la creación de población militar.
El lugar escogido fue el “Monte de Duque”, al estar próximo al Arsenal de la ciudad y cercano a las localizaciones donde realizaban sus aguadas los buques. Debió ser comprado el terreno por parte de la Corona, ya que estaba en posesión del Ducado de Arcos.